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Violencia machista. Derecho y psicologia.

  • patricia13g
  • 4 nov 2018
  • 6 Min. de lectura

Voy a tratar de trasmitir el mensaje que recibí en la Jornada de violencia contra la mujer: La visión profesional y la vivencia de las víctimas el 26 de octubre en el colegio oficial de psicólogos de Madrid.

El objetivo de este artículo es trasmitir toda la información que considero relevante para entender el panorama actual de la violencia de género desde la psicología y el derecho. La idea ocupa 10 horas y 15 folios de apuntes, pero aquí trataré de ser breve. Al final, lo que me hace sentir esta cuestión no ocupa espacio ni lugar.

Empiezo por el penúltimo ponente. Jose Maria Fernández, psicólogo de la policía nacional hizo hincapié en la gravedad de no realizar los atestados adecuados porque los casos no van a las instancias adecuadas (Audiencia Provincial, Juzgado violencia mujer, juzgado de lo penal) y nos enseñó el siguiente video, que recomiendo que veas antes de seguir leyendo.


Tengo mucho que decir, así que voy a dar por hecho que partimos de que la desigualdad de género es una realidad y una situación alarmante. No obstante, siempre es ilustrativo conocer ciertos datos.

  • Según OMS la PRIMERA causa de muerte de las mujeres entre 16 y 44 años en el mundo (incluida Europa) es la agresión por un hombre cercano (pareja, padre, etc.).

  • Solo en España han sido asesinadas 966 mujeres entre 2013 y 2018.

  • De las víctimas de trata, más del 85% somos mujeres,

  • De las personas con hambre el 60% somos mujeres,

  • Las mujeres tenemos un 17% menos de salario que los hombres

  • Las mujeres poseemos menos del 20% de la tierra del planeta

Parto también de que conoces la sociedad patriarcal en la que aun vivimos. Sociedad en la que muchos hombres sienten impotencia de la autonomía que la mujer ha ido ganando. Nuestro contexto sociocultural todavía normaliza la violencia y culpa a la víctima de recibirla, la juzga. Le enseñan a la mujer que el amor conlleva sufrimiento.

La primera mesa redonda de la jornada versa sobre violencia, trauma y apego.

Maria Jose Bueno, de la Federación de Mujeres Progresistas, nos recuerda que al tratar con una mujer maltratada la solución pasa por un proceso de empoderamiento personal. La mujer debe volver a ser autónoma, o aprender a serlo. La mujer que ha sido víctima de maltrato continuado acaba sin saber quien es, con miedo, culpa, vergüenza. Como nos contó mas tarde Jose Luis Martorell (doctor en psicología), el maltratador construye el siguiente discurso: Él se define a si mismo (sin dejar espacio a otras interpretaciones), le dice a ella como es (sin que quepa otra opinión) y le define la situación y contexto. La mujer conserva en su pensamiento este planteamiento que la destruye y el problema persiste aunque se produzca la ruptura de la relación. El psicólogo nos indica también, al igual que otras muchas ponentes, que NO EXISTE el perfil de mujer maltratada. El maltratador busca cualquier debilidad personal para que ahí prolifere su control. Es oportunista.

Maria Naredo Molero nos recuerda que en la casa de la solución a las violencias machistas, la legislación es el tejado (véase 1/2004, convenio Estambul o CEDAW), pero la estructura que lo sustenta son las políticas publicas de desarrollo, y la puerta de la casa que permite la salida del problema, es el trabajo de los profesionales (psicólogos, trabajadores sociales, policías, jueces).

A continuación tratamos el tema de la legislación. Entre los cambios recientes, destaca la implementación en nuestra justicia del Estatuto de la Víctima. Antes nos centrábamos en el agresor, al fin y al cabo es el protagonista del proceso judicial. Pero en los últimos años se ha entendido que por tener esta visión, la víctima ha quedado desprotegida. Hoy nos centramos en no juzgarla, y para ello (entre aplausos y vitoreos) desde el colegio de psicólogos reivindican una formación al personal judicial que parta de la perspectiva de género.

Parte de la problemática actual con la víctima de violencia de género radica en los juicios vertidos sobre las que, durante el proceso, mantienen una apariencia de control. En el contexto judicial a las mujeres solo les ayuda estar destrozadas públicamente, llorar, ser unas desgraciadas. Al respecto se habló de términos psicológicos que explican que en estas situaciones algunas mujeres no son capaces de comprender la realidad, otras guardan en su interior los traumas y llegado un determinado momento se desbordan. Incluso hicieron referencia a las mujeres que quedan anuladas en el plano emocional pero ven intacto su éxito profesional, y eso es usado en sede judicial para justificar que “no está tan mal, se lo estará inventando”.

El Estatuto de la víctima incluye además el derecho a la reparación enmarcado en la dimensión material compensatoria del derecho internacional, y este debe ejercerse en términos de reconocimiento publico (homenajes, monumentos, visibilización).

Otra cuestión que no beneficia a la lucha contra estos crímenes, es que las víctimas se acogen con asiduidad a la dispensa de deber de declarar. La mujer se acoge al mismo por miedo, inseguridad o por no meter a los padres de sus hijos en la cárcel. En estos casos se produce la directa absolución y retirada de denuncia. Afortunadamente esto no ocurre en los casos más graves porque hay otros medios de prueba. No se pone el punto de mira exclusivamente en la declaración de la víctima. Por eso es tan importante eso que apuntamos al principio de los atestados policiales que hagan que los casos vayan a la instancia correcta.

María Jose Bueno nos muestra que la realidad tal es peor de lo que parece. En los 2 últimos años solo se han denunciado el 26 % de los casos de violencia machista. Esto se debe a que muchas mujeres no quieren actuar por miedo y además tienen desconfianza en las respuestas que les pueda dar el sistema. Esto trae como consecuencia la invisibilización de la auténtica realidad.

En la jornada se trataron otros temas interesantes, a los que dedicaré sus respectivas entradas de blog, pero antes de terminar este, quiero mencionar a los niños. Ellos también son víctimas en la violencia de género, pues como dice el Convenio de Estambul, las familias no son de 2, sino que los hijos de una pareja juegan un papel muy importante en la misma. En muchas ocasiones estos niños arrastran traumas para el resto de sus vidas. Solo tenemos que imaginarnos la confusión y desesperación que debe sentir un niño que observa como su padre abusa de su madre. Sin duda la idea de padre no casa con la de agresor. Estos niños se crían sin una sana figura paterna y ven alterada la visión que tienen de su madre. Desde el punto de vista del derecho cabe destacar que hasta ahora, se ha necesitado el permiso del padre agresor para que el niño reciba atención psicológica, (sin comentarios). Esto se pretende modificar con el Real Decreto-Ley 9/2018, de 3 de agosto, de medidas urgentes para el desarrollo del Pacto de Estado contra la violencia de género, aunque permanece pausado hasta que no se subsanen ciertos problemas de constitucionalidad por temas de técnica legislativa.

Para poner punto y final a este post quiero indicar que el ambiente que respiré en esta jornada fue lo que yo considero verdadero feminismo. Uno que se crea en el seno del diálogo entre profesionales que con rigor y respeto quieren hacer frente a una realidad. (El feminismo no ha matado a nadie, el machismo mata cada día Benoite Groult). Antes de pasar a otra cuestión quiero recordar la importancia del feminismo interseccional. Debemos incluir siempre a las mujeres con discapacidad, ancianas, niñas, inmigrantes, etc. y no quedarnos en las mujeres que tenemos en nuestro entorno, esto es un problema global. Por otro lado, quiero destacar la idea de perspectiva de género como fundamental en la solución de estos problemas. Lo que está detrás de esta violencia, es el machismo, el patriarcado y en última instancia los roles de género binario. Ya casi termino, pero no me puedo olvidar de lo único que eché en falta en la jornada. Es verdad que el propio título de la sesión indica que el tema principal es la víctima, en este sentido creo que han delimitado muy bien el contenido. Sin embargo, creo que la violencia machista, y más en sede de colegio de psicólogos, debe abordarse en ocasiones desde la perspectiva del agresor. Debemos humanizarlo para diseñar la ayuda que ellos necesitan y poder crear una prevención social adecuada. No hablo de un derecho penal anticipativo, ese es otro debate, hablo de tratar el problema desde su raíz.

 
 
 

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