Ya lo he dicho...soy una marinera en tierra.

No me siento perdida,

es solo que no se

donde termina el

mar que llevo

dentro

y a veces me ahogo

-Elvira Sastre

Así, de golpe. Me topé con este poema en el momento justo y me ha puesto en el sitio que necesitaba. Les voy a contar la historia de como, una vez más, Elvira Sastre ha conseguido darme una lección. Creo que ya saben que asisto a un taller de escritura, que más que una clase, parece una terapia brutal a base de estímulos creativos a raudales. Pues al final de estas sesiones, dejamos doblado en una cajita un micropoema, aforismo, un guiño, y después de lanzar al universo una pregunta o inquietud, cogemos otro papelito. Yo no soy supersticiosa, pero cada semana estos mensajes han dado en la clave exacta de mis preocupaciones. Hoy no tenía nada concreto que resolver, así que, después de revisar mentalmente que todo y todos estaban bien, pensé en mi. Estoy pasando por muchos cambios, tratando de adaptarme a una nueva rutina, y tratando de lidiar con mis incansables necesidades artísticas que tan frustrada me tienen. Es por eso que me pensé, y antes de desdoblar el papel susurré ¿qué me está pasando?, ¿por qué me siento así?…

Y me quedé varios segundos releyendo esta respuesta que llegó a mí en forma de poema. Resulta que no me pasa nada malo, solo que nunca he sido buena nadadora, y claro, me cuesta mantenerme a flote en mis propias tempestades.

No se que voy a hacer con esto, no tengo intención de abrir el grifo y dejar correr mi imaginación, ni tampoco pretendo aprender una técnica metódica y convertir mi alocado océano en una piscina olímpica. Los remolinos que me crecen dentro son mi sitio. A veces me quitan el aire, pero incluso entonces, solo con sentarme y sentir, soy inmensamente feliz.

Es verdad que no ver el horizonte puede angustiar, pero no solo soy mar, tengo otras obligaciones en la vida que son más parecidas a la tierra, así, seca y aburrida, pero que me fijan al suelo para que no me olvide de que hay mucho que puedo aportar en las construcciones sobre tierra firme.

Supongo que iré aprendiendo...a vivir en tierra, aunque siempre me gire para buscar tranquilidad en un fondo azul, a flotar en él sin tanto esfuerzo, aunque a veces me ahogue, y a ver en cada gota del infinito océano una obra por crear, aunque me sea imposible atenderlas a todas.

-Aquí tengo mis papelitos semanales, que los guardo en modo llavero para recordar que vivo en continuo proceso de autoconstrucción.

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